Con frecuencia, la gente magnifica el valor de los atributos intelectuales y me pregunto si acaso todo esto no es parte de un proceso de maduración. Yo al menos, con el paso del tiempo, he aprendido a ponderar la inteligencia como solo una característica mas y a bajarla en mi escala de valores, prioridades o admiraciones…
No se si esto se dió con el tiempo o debido a las experiencias vividas… si por los éxitos o por las dificultades o si por las inmensas experiencias de encontrar a la persona detrás de la armadura…
Me es tan claro que la convivencia y el encontrarse con alguien es inmensamente y debería decir, incomparablemente mas profundo y rico que cualquier IQ…
Suena obvio… tampoco es que lo sea. Ni para todos, o bajo ciertos esquemas, en ambientes competidos, o por atributos halagados…
Me admira poder verlo, poder sentirlo ahora tan claro y redescubrir el valor de las relaciones humanas como la oportunidad inmejorable para crecer, compartir, transmitir y sobre todo, para ser felíz…
Nada me hace sentir mas humilde que descubrir tantas cosas buenas en las personas cerca… y nada mas me hace sentir, abiertamente agradecida…